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Arquitectos: AiB estudi d'arquitectes, Estudi PSP Arquitectura
- Área: 74130 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Jose Hevia
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La cárcel es una institución incómoda, y su realización arquitectónica es a menudo objeto de sumisión a criterios tecnocráticos. Este servilismo expulsa la prisión del dominio sociocultural al que pertenece, haciéndola invisible al discurso público. La invisibilización del hecho penitenciario pone de manifiesto una contradicción subyacente y no resuelta dentro de las sociedades contemporáneas que queremos explorar arquitectónicamente. La prisión debe responder a la vez a las demandas de disciplina (custodia) y libertad (reinserción). En este marco complejo, la arquitectura, con su capacidad de articular sintéticamente problemas aparentemente contradictorios, se convierte en un agente activo en la resolución de la paradoja penitenciaria contemporánea. A través de la experiencia del CP de Mas d'Enric reivindicamos la prisión como objeto de proyecto crítico, y reclamamos para la arquitectura el papel de multiplicar posibilidades en lugar de limitarlas.
Dentro de demandas programáticas muy estrictas, la construcción de un entorno apropiable y no opresivo, la introducción de los máximos vectores de exterioridad y la centralidad del espacio vacío y libre son las decisiones que unen el mundo utilitario con el conceptual.
Tres aspectos clave han acompañado todo el proceso de proyecto y se han convertido en horizontes conceptuales que articulan la propuesta:
1. Totalidad: Afrontar el problema de proyectar un entorno total.
2. Vibración: Conseguir riqueza espacial y perceptiva.
3. Apertura: Celebrar la apertura en un espacio cerrado.
Las estrategias arquitectónicas más relevantes del CP Mas de Enric han sido de orden tipológico y topológico. Tipológicamente se ha apostado por la superación del sistema pavellonario característico de la prisión moderna a través de una revisión del mat-building: la cárcel se resuelve como un edificio extensivo en planta y de poca altura, con una sistemática interna que permite flexibilidad organizativa y que genera su propio exterior a través de patios a diversas escalas.
Topológicamente ha apostado por una adaptación topográfica que permite suavizar el emplazamiento y producir riqueza espacial a la vez que se evita la aparición de ningún tipo de valla en el interior. Las vistas lejanas a las montañas se hacen posibles gracias a la articulación del plano del suelo, y las vistas cercanas al bosque mejoran las condiciones de celdas y patios.
La continuidad de la cubierta trabaja tanto a nivel tipológico como topológico, unificando morfológicamente el edificio y estableciendo relaciones cruzadas con la gran escala del paisaje. El cierre necesario según programa no se monumentaliza sino todo lo contrario, la arquitectura de la prisión acepta el quizás imposible reto de convertirse, genuinamente, en un hogar.